CONSEGUIR LLEGAR A UN ACUERDO CON TU EX EN EL DIVORCIO




En todo proceso de separación o divorcio es muy recomendable conseguir pactos que nos permitan obtener el mutuo acuerdo por todos los beneficios que supone frente al contencioso.
En este post y para ello, os comentaré algunas técnicas de negociación que para ello os pueden resultar de mucha utilidad. 
Nuestro objetivo principal  va a ser, transformar el enfrentamiento en cooperación. Me gustaría aclarar que cooperar no significa eliminar la competición sino transformarla.
Toda discusión o batalla verbal necesita de dos partes para retroalimentarse; uno acciona y el otro reacciona y así se genera el círculo vicioso.
Para conseguir dirigir la discusión hacia una conducta negociadora empezaremos intentando neutralizar las emociones hostiles de nuestro oponente (no es tarea fácil, lo sé). Para ello es necesario que domines tus propias emociones, impulsos como la ira, e intentes mantener una actitud serena. Recuerda que la hostilidad genera resistencia y eso es lo que queremos evitar. Centrémonos pues, en cambiar el enfrentamiento hacia la actitud cooperadora; cambiar ese chip mental de inflexibilidad hacia el  “tu propones yo propongo”. Vamos pues a replantear la posición contraria.
En primer lugar y antes de poner en marcha el proceso de negociación es fundamental que evalúes y detectes tus propios intereses:  ¿qué quiero? ¿y que necesito?, porque no podemos trazar un camino si no sabemos dónde vamos ¿verdad?. Esto parece obvio, pero en realidad no lo es tanto. Un alto porcentaje de las parejas cuando se enzarzan en una discusión no saben realmente qué quieren, sino que actúan más bien impulsivamente con una actitud defensiva y auto protectora por diversos motivos, que por cuestiones de espacio y para no desviarme del tema central de este post, no explicaré aquí.
Dicho esto, ¿Te has evaluado? ¿Sabes  ya lo que quieres? ¿Lo que necesitas? Pues ahora te toca conocer la posición contraria y saber qué es lo que el otro quiere.
Bien, una vez hemos detectado ya las necesidades iniciales de cada parte, tenemos el punto de partida y la base para poder obtener la resolución analizando dónde entran en conflicto vuestros intereses , y cuales son los obstáculos que debemos salvar para llegar al acuerdo que nos permita conseguir nuestro objetivo  o el que está más próximo a él.
Vamos a utilizar una fórmula de resolución, en la que vamos a asumir la posición contraria y vamos a resolver el problema desde esa posición opuesta. 
¿Cómo? Por ejemplo, en una negociación sobre el régimen de visitas de los hijos en un convenio regulador, la pretensión de tu ex, es tenerlos la primera quincena de cada mes. Esta opción a ti, en principio no te parece mal, pero no puedes aceptarla porque los días 29 y 30 de cada mes por cuestiones laborales debes viajar, por lo que te resulta imposible hacerte cargo de los menores esos días.
¿Cuál sería la solución en este caso? Tu ex, se los queda la primera quincena, pero en lugar de comenzar el día 1 lo hará el 29. De esa forma también los tendrá consigo los días 29 y 30 de cada mes.  Tú en lugar de iniciar la convivencia el día 15 lo harás el 17 de cada mes.

De la forma descrita, os corresponderían 15 días a cada cual,  y aunque hayan dos días que no estén exactamente en la quincena correspondiente, es un acuerdo aceptable, que satisface a las dos partes y lo más importante es que habréis resuelto la controversia que os impedía llegar a un acuerdo, por la vía de la negociación en lugar de intentar presionar al otro mediante violentos enfrentamientos para que acabe cediendo.  Aunque se hubiera conseguido por la vía del enfrenamiento, el resultado genera descontento en una de las partes y por ello mantenerlo resulta más difícil  y menos duradero.

Antes finalizar este post, me gustaría enumerar una serie de normas  que os pueden resultar útiles:

1- Escucha (Es algo que solemos hacer muy mal).
2- Durante la negociación si la otra parte comienza a irritarse, concedeos tiempo para pensar,   aunque sólo sean unos minutos.  A la otra parte le servirá para calmarse y a ti de dará tiempo para pensar.
3- Parafrasea.
4- Reformula las preguntas.
5- Además de identificar tus intereses, es importante que identifiques cual es el punto límite de la negociación. Es decir, cual es el acuerdo que se aleja tanto de tus propios intereses que lo más conveniente sea rechazarlo o si es necesario abandonar la negociación.

Pues bien, eso es todo. Ahora intenta ponerlo en práctica. Verás que obtienes mejores resultados que cuando lo intentas sin seguir ningún método.


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